A riesgo de parecer un documental o un chiste de History Channel, lo cierto es que los templarios sí existieron en Jaén, pero en su forma moderna.
El 16 de julio de 1212, un ejército de templarios entra por primera vez en Jaén como parte del ejército cristiano que lucha bajo el estandarte de la Cruz en las Navas de Tolosa.
Muchos de ellos acabaron muertos en Despeñaperros tras participar en la lucha más encarnizada; otros muchos resultaron gravemente heridos como su maestro Gómez Ramírez.
Han pasado 800 años desde entonces.
En un artículo publicado en el periódico Ideal de Jaén el 4 de septiembre de 2012 (cuya lectura recomiendo), parece que el espíritu y los símbolos que dieron sentido a la vida y muerte del Maestre Gómez Ramírez siguen vivos en Jaén.
Curiosamente, hay al menos dos organizaciones en la provincia que son herederas del templo y están llevando a cabo proyectos en este sentido.
«EN REALIDAD, LA ORDEN NUNCA HA DESAPARECIDO, PERO SE HA CONVERTIDO EN ILEGAL BAJO DIVERSAS FORMAS, COMO LA MASONERÍA O LOS ‘ILLUMINATI'».
Así lo explica Diego Moya, regente de la Tercia de Martos de la Soberana Orden Militar del Temple de Jerusalén, setecientos años después, cuando revive la historia pública de la Orden del Temple en Jaén con una misa en la iglesia parroquial de San Amador y Santa Ana.
Los cinco templarios de esta rama en Jaén son un policía nacional, otro funcionario del ayuntamiento, un profesor, un comerciante y un empleado.
«LA DUALIDAD DEL MONJE-GUERRERO SIGUE SIENDO RELEVANTE HOY EN DÍA. LUCHAMOS CONTRA LA INJUSTICIA DONDEQUIERA QUE SE PRODUZCA. REZAMOS. CADA DÍA CELEBRAMOS LAS VÍSPERAS Y EL QUINTO DÍA NOS REUNIMOS PARA LA MISA. TAMBIÉN DEDICAMOS PARTE DE NUESTRO TIEMPO A LOS ENFERMOS, A LAS PERSONAS QUE VIVEN SOLAS Y APOYAMOS ECONÓMICAMENTE A LAS FAMILIAS NECESITADAS», EXPLICA MOYA.
La Tercia de Mártos forma parte de una asociación sin ánimo de lucro registrada en el Ministerio del Interior, que no tiene ninguna relación orgánica con la Iglesia Católica.
Sin embargo, su sede está en los salones de la parroquia de San Amador y los miembros de la asociación se llaman entre sí «frey», hermano.
Los jóvenes templarios de Jaén ya lucían uniformes y capas blancas con cata patriarcal o cruces en actos como la procesión del Corpus Christi en Martos, las celebraciones del octavo aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa o los encuentros con la diócesis.
Para convertirse en templario, hay que seguir un curso de formación de tres años. Empiezas como postulante: debes ser mayor de edad, no tener antecedentes penales y ser cristiano (no tienes que ser católico).
Se pasa por varios grados: sargento de capítulo, caballero de capítulo y caballero jurado. Sólo entonces tendrás acceso a la bóveda del conocimiento templario.
ADEMÁS DE LA SUCURSAL DE JAÉN, HAY TERCIARIOS EN ALLICANTE, ALMERÍA, LA CORUÑA, CÓRDOBA, GRANADA, MÁLAGA, SEVILLA Y NAVARRA.
Si el grupo tiene más de nueve miembros, incluidos cinco caballeros, se trata de una encomienda (hay encomiendas en Madrid, Barcelona y Murcia). La asociación tiene casas en otras 25 provincias.
Sin embargo, con esta creación, la Soberana Orden Militar del Templo de Jerusalén ha establecido para sí un proyecto de importancia nacional: la Casa del Templo en España.
«Ya están en marcha las conversaciones con los municipios de La Carolina y Santa Elena. Se trata de un proyecto en tres fases: un hotel para vacaciones temáticas, un albergue para personas en riesgo de exclusión social y una casa para los templarios», explica Moya.
Sin embargo, esta NO es la única asociación templaria que apunta a Jaén.
La Gran Jerarquía de los Caballeros Templarios de España ha anunciado su decisión de establecer su sede nacional en Úbeda.
Esta rama es una creación del SOET (Supernus Ordo Equester Templi), cuyo Gran Maestre trabaja en Italia desde hace unos 300 años.
Como ves, los templarios no son cosa del pasado, sino que están muy presentes, y Jaén ha tenido una relación muy, muy estrecha con ellos desde tiempos remotos.