Teresa de Torres se hizo cargo de Jaén durante 25 años con «su buen saber hacer» (más años que su marido).
Una mujer muy desconocida en esta tierra, pero conocida por unos pocos como la fiel esposa de Miguel Lucas de Iranzo, aunque fue una figura importante para esta ciudad.
Venía de «alta alcurnia», de familia noble, y la casaron siendo ella muy joven. Sin embargo siempre (como suele ocurrir) permaneció a la sombra de su marido.
A la muerte de éste, le toco a ella la gestión de Jaén, una gestión política que destacó por su “saber hacer”, su fuerza y su carácter.
No tuvo herederos ya que falleció su hija, y su hijo se ordenó fraile. Por lo que se subió al Castillo y se «empoderó». Desde allí gestionó la ciudad y se bajó cuando la Reina llegó a Jaén”.
Como esposa vivió en el actual Patronato de Cultura.
Siendo viuda, contaba con el gran apoyo de su amiga, la reina Isabel de Castilla . Obtuvo gran influencia y poder gracias a esta amistad, si embargo poco a poco lo fue perdiendo y se retiró de la vida pública hasta retirarse como monja del convento en el que murió allá por el 1521.
Se convirtió en Abadesa del Real Monasterio de Santa Isabel, fundado por Isabel la Católica en Granada.
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