La flor es un dulce frito de la repostería española tradicional de Castilla-La Mancha, concretamente en la zona del Campo de Calatrava, de ahí su forma similar a la cruz de Calatrava.
Sin embargo se ha convertido en un dulce propio de la gastronomía andaluza y otras zonas. Tal es el caso de la provincia de Jaén, donde es frecuente ver y saborearlo en la época de Semana Santa.
Este dulce es parte de las llamadas “frutas de sartén”, nombre que se empleaba para llamar a todos los dulces que se fríen en vez de enhornar.
Ahora que empezamos la Semana Santa, las reposterías de Jaén acicalan sus vitrinas con dulces propios de estas fechas y en las casas es muy común prepararlos con días de antelación.
Entre ellos hallamos flores fritas, torrijas, roscos de anís, hornazos…
Es un dulce fácil de realizar que se introdujo en Europa a través de los árabes que ocupaban la península ibérica.
En Al-Andalus se llamó “sopaipa” a la masa de harina frita y, posteriormente, “enmelada”, siendo el desencadenante de todas y cada una de las masas fritas como buñuelos, churros, tortillas…
Se recomienda servir acompañadas de un buen café, té o infusión.
Dependiendo de la zona, se hacen por Navidad o bien Semana Santa, y la cobertura puede hacerse tanto con miel como con azúcar y canela, si bien hay quien le agrada cubiertas con chocolate.
Según Carmina Martínez, creadora del blog “Carmina en la Cocina” indica que
“ES MUY IMPORTANTE QUE SE FRÍAN EN ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA DE LAS VARIEDADES PICUAL O CORNICABRA, YA QUE SON LOS QUE MENOS SE DEGRADAN EN LA FRITURA, CREANDO UNA COBERTURA SOBRE EL ALIMENTO QUE HACE QUE SE ABSORBA MENOS GRASA Y QUEDEN MUCHO MÁS CRUJIENTES“.
Yo no se tu, mas cada vez que veo este artículo (sea la temporada que sea) me apetece comerme varias flores…
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