Por su posición, Puente Mocho es el centro de un cruce de caminos entre Cástulo, Guadíx, Cartagonova por la Sierra de Segura y Saetabis que justificaba la magnitud de la obra.
La Sierra de Segura, en la época romana, fue un importante paso de caminos que comunicaba el suroeste peninsular con el Levante a través del valle del Guadalimar y la Meseta con el sur a través del valle del Alto Guadalquivir.
De ahí que queden numerosos restos de infraestructura viaria, entre los que destacan puentes y calzadas romanas.
Antes de la construcción del puente, ya hay constancia en la zona de restos arqueológicos correspondientes al Paleolítico Inferior, sirviendo el río de abrevadero para los animales de la época, y asimismo de cazadero para los pobladores.
En la etapa del Bronce, la zona del Puente Mocho se hace paso obligado para otras culturas, por la extracción y comercio de los minerales de Sierra Morena, por lo que empiezan a crearse vías de comunicación para sacar los minerales al exterior.
No es hasta la época romana, cuando se arreglan las vías, y con ellas la construcción del Puente Mocho.
No se tiene constancia de que pase ninguna vía principal por el Puente Mocho.
Pero sí de una vía secundaria llamada «Camino de los Cartagineses» que venía aproximadamente de la Sierra de Segura, pasando por Camporredondo y el Campillo, y juntándose casi en Santisteban con la «vereda real».
Se usaba y se sigue usando como paso para la trashumancia.