En Jaén, podemos embarcarnos en un viaje fantasmal para intentar contactar con las fuerzas del más allá.
El turismo de inmersión se ha puesto de moda en los últimos tiempos y, en algunos casos, es un poco más monstruoso que visitar lugares encantados.
Recomendamos Jaén para conocer cinco de sus fantasmas.
El espíritu del Parador de Jaén
Es un destino turístico por excelencia y, sin duda, uno de los mejores paraísos de España. Fue construido en 1965 sobre el castillo medieval de Santa Catalina.
Este parador tiene su propia leyenda y su propia habitación maldita.
Además, se dice que tiene un reclamo por los trastornos mentales que hay en su interior.
Y la magia que desprende todo el complejo no podía ser ajena a las entidades paranormales, que deben sentirse como en casa en un entorno así.
Mejor aún, parece que sí han elegido una habitación para descansar. Número 22.
La leyenda cuenta que quienes se han alojado allí han experimentado fenómenos paranormales de carácter auditivo, visual y cinético.
Este emblemático parador, que además es uno de los castillos mejor valorados de Europa por los usuarios de redes como Trip Advisor, no estaría completo sin su fantasma, que añade encanto al lugar.
El fantasma de la Catedral de Jaén
En este caso, también se trata de un joven, pero prefería los espacios sagrados de la catedral romana a los trajes y vestidos extravagantes.
Al parecer, el niño va vestido según la moda de los años 30, lo que refuerza su fama de alma sufriente.
Este hecho se vio varias veces en la década de 1990. De hecho, se le ha visto al menos cuatro veces en un año.
Además, su hábitat está claro, ya que cada vez que se ha visto ha sido en la zona de la logia, la sacristía y la cripta.
La cripta tiene su propia miga, y fue allí donde dos investigadores universitarios tuvieron la oportunidad de meter mano a un psicópata tras unos fenómenos de tipo poltergeist.
Cementerio de San Eufrasio
Pues bien, aquí entramos de lleno en lo que algunos expertos han denominado tanatoturismo.
Este cementerio se inauguró a principios del siglo XIX con el nombre de Cementerio del Calvario y desde entonces ha sido el lugar de enterramiento de muchos personajes famosos de Jaén en los siglos XIX y XX.
Como todos los cementerios de esta época, cuenta con muros de nichos, tumbas de tierra, panteones y mausoleos, que se encuentran en estado de completo abandono, aunque han sido designados como bien cultural.
Por lo que se puede ver en Internet, en realidad hay bastantes espíritus que son muy habladores y de muy buen humor.
No es difícil ser psíquico y tener algún tipo de diálogo con las entidades de ahí fuera. Se recomienda una breve visita.
El fantasma del Cruce Pilar de Moya
En este caso, salga de la capital y tome la autopista A-316 en dirección suroeste hasta el cruce con la A-306 hacia Porcuna.
A unos 28 kilómetros de la capital, encontramos el llamado Pilar de Moya, un cruce de caminos en la zona de Los Villares.
Según los informes, el presunto ser es una figura humanoide con pelo largo, cuyo sexo no está claro. Es claramente visible a través de las ventanas del coche que sigue la línea recta.
También se dice que en toda esta zona, por la noche y en la carretera por algunas zonas cercanas, se ven niños vestidos como en los años 50.
También se dice que las figuras aparecen de repente en la carretera, dando la impresión de que han sido atropelladas.
Cuando los pasajeros salen del vehículo, no hay nada más. Pero todos los ocupantes lo han visto.
El fantasma del Ayuntamiento de Jaén
El Ayuntamiento de Jaén está construido en el antiguo palacio de Montemar, por lo que se trata de un edificio de grandes dimensiones cuyos muros pueden albergar, sin duda, más de un documento administrativo y varios despachos.
No es casualidad que en 2012, las noticias informaran de que varios agentes de la policía local estaban investigando un supuesto caso de aparición en el que estaba implicada una de las mujeres encargadas de la limpieza.
Esta señora había comprobado realmente lo que varios empleados mayores habían dicho a veces, que se les había aparecido un niño vestido de comunión.
Y parece que este frágil niño se había acostumbrado a deambular así por los pasillos del ayuntamiento, lo que es ciertamente preocupante.